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jueves, 11 de agosto de 2016

La página del señor Snoid - Los olvidados: John Milius (I)



¿Olvidado Milius? Quizá no por el puñado de aficionados que aún esperan que se recupere del ictus y vuelva a escribir y dirigir. Algo que vemos difícil, pues no rueda nada desde Rough Riders en el lejano 1997. Ya ven que uno de los componentes más brillantes de aquella generación nacida en torno a 1940 es el único que desde hace años se ve obligado a arreglar guiones de mierda escritos por otros o a suplicar que le dejaran intervenir como escritor en la serie Deadwood. Triste destino: incluso Brian de Palma hace alguna peli de vez en cuando, Lucas cuenta sus millones como el Tío Gilito, Coppola hace en la actualidad horrores como Tetro, Scorsese filma gracias a Di Caprio y Spielberg no falta a su cita de entregarnos una porquería en forma de film cada año. Pero, ¿por qué Milius es tan odiado y despreciado? Analicemos someramente esta peliaguda cuestión.



Milius el fascista
Hemos de reconocer que Milius es el peor enemigo de sí mismo, dada su querencia a provocar y su incontinencia verbal muy poco políticamente correcta. Cuando preparaba Conan, el productor Dino de Laurentiis se negaba de plano a contratar a Arnold Schwarzenegger y le pidió a John que pensara en otro actor: “Dustin Hoffman”, contesto nuestro hombre. Y Dino replicó: “No pienso contratar a ese Arnold: es un nazi”. “Te equivocas, Dino. El único nazi en esta película soy yo”, contestó John.
 
La afición de John por las armas (fusiles de chispa, armas semiautomáticas, bazucas, misiles tierra-tierra, tierra-aire) también le ha dado a Milius una reputación un tanto negativa. Curioso: nadie se escandaliza porque Sam Fuller se alistara como soldado raso en la II guerra mundial (a su edad, podía haber optado por un puesto de corresponsal, oficinista o camillero), que Ford hiciera lo posible e imposible por alcanzar el rango de almirante y obtener un sinfín de medallas y condecoraciones, o que Howard Hawks se fuera de caza fin de semana sí fin de semana también a lo largo de cuarenta años. Pues sepan que Milius carece de toda pasión cinegética: simplemente le gusta coleccionar artefactos que hacen pupa. Por otro lado, nuestro hombre se define como “anarquista zen” y la mayoría de sus personajes protagonistas son individuos que sólo buscan preservar su libertad personal, sin importar demasiado su ideología, como el Leroy de Adiós al rey:



Milius el militarista
Si uno ve con cierta atención las películas de Milius, resulta obvio que sus simpatías están con los guerreros aficionados a los que no les queda otra que coger las armas. Los militares profesionales no suelen quedar muy bien parados en sus relatos: por lo habitual, son ligeramente obtusos, obedecen órdenes irracionales y causan catástrofes. En Amanecer Rojo, el comandante cubano que recibe la reprimenda del general soviético ante su incapacidad de suprimir a los guerrilleros explica su impotencia mediante uno de esos diálogos sardónicos marca Milius:


En Rough Riders, Teddy Roosevelt recluta, para la guerra hispano-norteamericana, a un selecto grupo de combatientes: forajidos, indios, negros, pijos neoyorquinos… entrenados además por un Marshal y por un indio apache. Aunque el ejército español hubiera sido entonces el más poderoso del mundo (que, obviamente, no lo era), dudamos que hubiera tenido la menor posibilidad ante esa heterogénea tropa. Y eso que antes de entrar en combate, vemos que Roosevelt lee por la noche el Manual de instrucción de la caballería americana, y que el oficial al mando, exgeneral del ejército confederado, en un momento de bélico apasionamiento, grita: “¡Vamos a aniquilar a esos yanquis… digo españoles!” Nos tememos que el sentido del humor de John suele pasar desapercibido.

El antiguo gobernador de California llevaba la espada de Conan a todas las sesiones plenarias

Milius, un tipo culto
A pesar de la fama de nuestro hombre de ser una bestia parda, John es un hombre cultivado, y sus saberes son más amplios que poder diferenciar un fusil Springfield de un Winchester modelo 1886. Les pondremos un ilustrativo ejemplo:


Esta escena parece un tanto trivial, pero sin embargo tiene su miga. Si un guerrero árabe coloca su espada en medio de la mujer y él cuando ambos van a dormir en la misma cama, jergón o alfombra de la jamba, ello tiene una explicación: la colocación del arma indica que no tocará a la mujer. Nosotros supimos esto al leer Las mil y una noches (versión completa, no uno de esos volúmenes abreviados y expurgados que inspiran pelis de “Princesas Disney”).

John haciendo prácticas con una Walter PPK. A pesar de que es el arma de 007, Milius prefiere el Magnum 44

Otro ejemplo se halla en uno de los trabajos mercenarios de John. Le encargaron arreglar el guión de La caza del Octubre Rojo a petición de Sean Connery, quien le indicó, en un arranque de humildad, lo que deseaba: “Haz que la película gire en torno a mi personaje”. Así que la “parte soviética” del film –indudablemente, lo mejor de la película– es obra de John. Igual ustedes recuerdan una de las mejores secuencias, aquella en la que Connery le explica a su segundo, Sam Neill, su frustración por haber pasado su vida en el mar y haber dejado a su esposa “viuda en vida”: “Ella murió cuando yo me embarqué”. El momento, el más emotivo de una peli escasamente emotiva, es una paráfrasis de la conversación que mantienen el capitán Ahab y Starbuck en Moby Dick.

En El viento y el león John no olvidaba sus fuentes. Milius se había inspirado vagamente en una de las decenas de guiones que Alexander Mackendrick había escrito a lo largo de los años para Viento en las velas. Así, John dio el papel de la hija del presidente Roosevelt a Deborah Baxter, la niña Emily que desencadena la tragedia en la película de Mackendrick. Más interesante aún es el hecho de que estos sean los dos únicos films en los que aparece Deborah.

Como también es de resaltar este breve momento, un inteligente homenaje a Centauros del desierto:



Comparen con el homenaje similar que hizo Spielberg en Salvar al soldado Ryan, cuando parafraseando el plano de apertura de la película de Ford, mamá Ryan ve llegar el coche de las autoridades que portan malas noticias y la pobre se desmaya…

Milius guionista
Como les contábamos, en la época en que Spielberg sólo leía Variety, Newsweek, la TV Guide y People, John ya se había leído las obras de Conrad, Stevenson, Melville, Hawthorne, Dickens y demás clásicos que hoy nadie lee. Esto, amén de que poseía una gran facilidad y talento para la escritura, hizo que enseguida triunfara como guionista. Vendió por la cifra récord –para la época– de 300.000 dólares el guión de El juez de la horca, y a pesar de que John Huston y él se cayeron muy bien, Milius consideró que el trabajo del director había sido una auténtica birria. Mejor le pareció lo que hizo Sidney Pollack con Las aventuras de Jeremiah Johnson, pese a que Pollack y Redford se horrorizaron ante la extrema violencia del guión: Pollack contrató a su colaborador habitual, David Rayfiel, y después a Edward Anhalt. Pero como ninguno de los dos sabía qué hacer con la historia, se le rogó a Milius que volviera al trabajo: eso sí, suprimiendo los momentos en que Jeremiah se comía los hígados de los indios Crow que exterminaba.



Y es que John no se andaba con medias tintas. Hoy día, por ejemplo, sería imposible filmar la siguiente escena:



En la próxima entrega hablaremos del Milius director y del Milius guionista en la sombra. También del Milius pacifista y de Milius y las mujeres (de sus películas). Y es que, como ya sabrán, lo nuestro es deshacer equívocos o enmendar la plana a los críticos adocenados (dicho esto desde el cariño y la comprensión).

sábado, 23 de enero de 2016

Estrenos de ocasión: "Star Wars: El despertar de la fuerza" (J. J. Abrams, 2015)

 




 
Dramatis personae:

Señor Snoid
Pelayo
y
Artur, sobrinos preadolescentes del Sr. Snoid

Interior de la pizzería Throwaway en el centro comercial “El Buen Samaritano”, donde asimismo se hallan los multicines Celada Multiplex. Alrededor de una enorme pizza Tex-Mex sazonada con salsa barbacoa, se hallan Artur y Pelayo, dos preadolescentes vestidos con zapatillas Vans y sudaderas DC. El Señor Snoid lleva su habitual pinta zarrapastrosa que tanto avergüenza a sus sobrinos, pero como es él quien paga, ellos se abstienen de vocearlo.


 
SNOID: Esta salsa es realmente repugnante…
ARTUR: Tú siempre poniendo pegas. Menos mal que no te has quedado dormido esta vez…
SNOID: ¿Cuándo me he quedado dormido yo en el cine?
PELAYO: Este verano, cuando nos llevastes a ver Transformers VII. ¿Te duermes mucho en el cine, tío Snoid?
SNOID: Se dice “llevaste”. No: que recuerde esa vez …y me parece increíble porque el dolby estaba a toda h…, digo a todo volumen, Y una vez, hace muchos años, con una peli titulada Alguien voló sobre el nido del cuco. Pero fue por una medicina que me había tomado.
PELAYO: ¿Qué es un cuco?
SNOID: Depende. Puede ser un pájaro de un reloj que fabrican en La Selva Negra. O un cornudo.
PELAYO (muy orgulloso de sus sobresalientes en Sociales): ¿Dónde está la Selva Negra?
SNOID: A medio camino entre Minsk y Vladivostok: ¿sabes dónde te digo?
PELAYO (dudando levemente): Sí, sí: ya sé.
ARTUR: ¿Qué es un cornudo?
SNOID: Vuestro padre, probablemente. Pero dejaos de historias: ¿os gustó la peli?
PELAYO: A mí mogollón.
ARTUR: A mí el final no me ha gustado.
SNOID: ¿Lo de la pava cuando ve a su papá Luke hecho un C… un poco avejentado?
ARTUR: No, no, lo de la pelea en el bosque. ¿Cómo una tía, que no se ha entrenado jamás, va a derrotar a un tío experto con el sable láser?
SNOID: Sois unos fanáticos del realismo cinematográfico. Es que la fuerza era muy fuerte en ella. Además, él tenía cara de mendrugo, con esas orejas, ese pelo y esos granos… ¿Pero la tía os gustó?
PELAYO: ‘taba güena.
ARTUR: Yo me la taladraba.


Snoid propina dos potentes capones a sus sobrinos: el tipo de capón que a Rajoy le hubiera hecho perder las elecciones




 

ARTUR: ¿Y a ti? ¿Te gustó?
SNOID: No estaba mal. Quizá poco pecho. De todas formas, no es mi tipo.
PELAYO: ¿Por qué?
SNOID: Por el nuevo feminismo. Ahora las mujeres salen en las pelis haciendo las mismas gilipolleces que han hecho los hombres toda la vida: disparan, pilotan aviones, te rebanan el cuello con un sable, acarrean chatarra…
ARTUR: Ya, ya. ¿Y qué personaje te ha gustado más?
SNOID: Dejando aparte al hijo malo de Jan Solo y Leia, que caía bien porque suponías que era el que recibía en su instituto, Chewbacca.
PELAYO y ARTUR: ¿Chewbacca?
SNOID: Era el que tenía una psicología más definida. Un Round Character, que diría E. M. Forster.
ARTUR: ¿Quién es ese?
SNOID: El tío que inventó el sable láser.
PELAYO: ¿En serio?
SNOID: En serio. ¿Y qué escenas os han gustado más?
ARTUR: A mí la de los bichos en la nave de Jan Solo.
PELAYO: A mí no: Era muy poco sangrienta. Tendrían que haber salido trozos humanos por toda la nave. Parecía como de Bob Esponja. A mí me gustó cuando el piloto bueno y el negro pilotan el “Halcón Milenario”.
SNOID: ¿Cuando pegan berridos cada vez que aciertan a un caza enemigo?
PELAYO: Esa, esa.


 
SNOID: No sé… A mí me gustaba cuando la chica cambiaba la chatarra por esa comida repugnante. Es como en el mundo de hoy…
ARTUR: ¡Pero si eso era un coñazo!
SNOID: Era uno de los pocos detalles acerca de cómo se vivía hace mucho, mucho tiempo en una galaxia, muy, muy lejana. Es que a mí me gustan los detalles…
PELAYO: Los tostones, querrás decir.
SNOID: No te lo niego, pero este no es mi tipo de tostón.
ARTUR: ¿Y cuál es este tipo de tostón?
SNOID: La novela bizantina.
PELAYO: Bizan.. ¿qué?
SNOID: Eran unas novelas en las que había unas confusiones tremendas. Por ejemplo, un padre de Milwaukee pierde a su esposa y a su hija. La hija se hace bajista de un grupo de Trash Metal y se enamora del cantante, que es su hermano, sin que ellos lo sepan. La madre ha sido secuestrada por unos yihadistas, pero resulta que el líder es su tío hermano y la convierte en su mano derecha. Mientras tanto, el padre, que las busca por todo el mundo, descubre que sus padres no son sus padres, sino unos individuos que regentan una comunidad budista en California. En Los Ángeles el padre encuentra a la madre, que está a punto de hacer volar el aeropuerto y el edificio Bradbury, y la convence de que el terrorismo islámico es malo; el tío de la madre tiene una revelación, rechaza la violencia y se hace monje budista. La hija y el cantante descubren que son hermanos. Pero se lo toman bien. Ella se enamora de un productor de Hollywood y él de una fan del grupo que casualmente es hija de su tío, ahora monje. Al final, todos se casan en el monasterio budista…
PELAYO: ¿Qué follón!
ARTUR: ¡Ya ves!
PELAYO: ¡Madre mía! Eso no se da en literatura, ¿verdad?
SNOID: No me extrañaría nada. Salvo el trozo de El Libro de Buen Amor y el soneto de Garcilaso que ponen siempre, sólo os enseñan coñazos o gilipolleces… Además todo el mundo ha escrito alguna. Shakespeare hizo una obra (Pericles) basada en una, Cervantes escribió otra (que es un truño)…
ARTUR: A nosotros nos hicieron leer un capítulo del Quijote el año pasado…
SNOID: Muy formativo.
PELAYO: Muy coñazo.
SNOID: Es que no estáis maduros para Cervantes, como tampoco para Ford o Godard. Tiempo al tiempo. Pero los chistes caca-pedo-culo-pis os apasionan, ¿no?



ARTUR: Pos claro.
PELAYO: A tope de power.
SNOID: Entonces Quevedo os entusiasmará.
ARTUR: ¿Sobre qué escribía?
SNOID: Cosas cómicas, como un soneto dedicado a la nariz del malo de la peli.  O historias tipo Scary Movie. Además, era facha y racista, como el líder supremo de la Primera Orden, el del trono y cabezón gigantescos…
PELAYO: Debe estar guay. Y a ti, ¿la peli te ha gustado?
SNOID: Sabía a lo que venía (a sustituir a la canguro o a vuestros padres), así que, ¿qué más da?
ARTUR: Venga, hombre, dínoslo.
PELAYO: Estaba llena de epicidad.
SNOID: Para ser un refrito de la primera y la segunda (episodios IV y V para vosotros) tiene un pase, aunque no es que los cuatro guionistas se hayan matado, pienso yo. ¿Os habéis fijado que el cine estaba lleno de viejos?
PELAYO: ¿Cómo tú?
SNOID: No tanto. Pero es peña que las vio de chiquitos y quiere recuperar esas emociones. Con eso juegan esos cab… esos tipos de Hollywood. Así que cuando veáis Fast and Furious 8, atesorad esas emociones: nunca vuelven. No obstante, hay algo que me desconcierta…
PELAYO: ¿Lo de la estrella de la muerte II?
ARTUR: ¿Si el negro ha muerto o no?
SNOID: No, no… Obviamente Rey es hija de Luke Skywalker, ¿no?
PELAYO: Obviamente.
ARTUR: Está claro.
SNOID: No habléis con la boca llena. Entonces, ¿quién es la madre?



ARTUR: ¡No se sabe!
PELAYO: ¿Leia?
SNOID: No, burro: eso sería incesto y estas son pelis Disney. No recuerdo que en las tres primeras (episodios IV, V y VI) conociera mujer. Dejadme pensar… ¿Tendría Yoda una hija secreta? ¿Alguna pelandusca interestelar? ¿Se enrollaría con alguna furcia del lado oscuro? Habrá que esperar al episodio VIII… En fin: se hace tarde. Os dejo en casa, que he quedado con vuestra tía para ver una exposición de Kandinsky.
ARTUR: ¿Qué es eso?
PELAYO: Suena a mafioso ruso…



 

[Nota: como nuestros amables lectores deben estar ahítos de imágenes de Star Wars: El despertar de la fuerza, hemos decidido ilustrar esto con unas imágenes sacadas de magnas obras de ciencia ficción de la cinematografía USA. Nuestro particular y sentido homenaje al hombre de negocios George Lucas y al productor J. J. Abrams]