sábado, 8 de febrero de 2020

LIBROS DE OCASIÓN: "TODOS LOS JÓVENES VAN A MORIR", DE LUIS PÉREZ OCHANDO

Por Francisco López Martín



Digámoslo de entrada: el libro que nos ocupa, publicado en 2016 por Editorial Micromegas, posiblemente sea uno de los ensayos cinematográficos más penetrantes que se han publicado en nuestro país en los últimos años. En apenas doscientas páginas de fluida lectura, Luis Pérez Ochando no sólo ofrece un repaso meticuloso del género que lo ocupa, sino que, al hilo de éste, va ampliando el foco hasta ofrecer una lúcida reflexión sobre la sociedad contemporánea, e infinidad de iluminaciones sobre la diversidad de asuntos que explora en el camino.      

«El slasher es un género de carne [adolescente], de carne que goza, sangra o se estremece, de piel que se eriza bajo el labio o se abre con el cuchillo, pero que siempre se muestra a nuestros ojos», explica el autor al principio del ensayo. «Esto, en esencia, es un slasher y nosotros, en este libro, vamos a analizarlo como un mito contemporáneo que funciona como relato iniciático y como fábula moralizante». Efectivamente, esa doble dimensión de mito y de fábula será explorada a lo largo del volumen, con un manejo exquisito de la bibliografía y una aplicación a los casos estudiados que nunca cae en lo afectado ni en lo forzado. Sin embargo, el propósito del autor va incluso más allá: «Todo relato, incluso el slasher, dialoga con la sociedad que lo genera, pero es, principalmente, en sus brechas y contradicciones donde hallamos los conflictos que la ideología dominante no ha sabido resolver». A lo cual añade: «En este libro, indagaremos en los valores y contradicciones del slasher en busca de la ideología que configura nuestra época y expondremos las correspondencias entre el ethos neoliberal —la producción de exclusión como fundamento socioeconómico— y una estructura narrativa, la del slasher, basada en la eliminación de personajes superfluos».



«El día de Año Nuevo de 1981», prosigue el autor, «el crítico Roger Ebert acudió a un pase de Viernes 13, 2ª parte». Al parecer, Ebert se quedó atónito al ver que el público, mayoritariamente adolescente, aullaba excitado mientras alguien «hundía un picahielos en la sien de una muchacha» y, en el texto que escribió al respecto, manifestó su estupefacción al constatar que semejante reacción venía suscitada «por una visión del mundo en la que la principal función de los adolescentes es ser apuñalados hasta la muerte». Luis Pérez ofrece una primera explicación al respecto. ¿Por qué aullaban de placer aquellos jóvenes al ver escenas de extrema violencia cometidas contra sus correlatos en pantalla? Pues porque «el slasher apela a los miedos y tabúes del público adolescente […], pero le permite exponerse a ellos a través de una forma fílmica convencionalizada». Este género cinematográfico «es un diapasón de castigo y desenfreno: el espectador ve realizados sus deseos secretos y recibe al mismo tiempo penitencia por ellos. Entretanto, puede reír o estremecerse, pues el tabú tiene cabida en el discurso bajo dos registros posibles: el temor o la risa, el relato de miedo o la comedia, y el slasher tiene un tanto de ambas cosas».

Sin embargo, lejos de contestarse con esta primera respuesta, Luis Pérez ahonda en la cuestión: «¿Por qué los adolescentes de nuestra época se divierten con la muerte de sus semejantes?». Y ofrece una solución que está en sintonía con el propósito indagador más amplio que cruza todo el libro: «Tal vez porque el espectador sepa que, en el fondo, el reguero de cadáveres que va dejando el asesino es el trasunto de un mundo despiadado en el que sólo sobreviven los elegidos. La cultura postmoderna no sólo conllevó el descrédito de los metarrelatos históricos de progreso y redención, sino también una desconfianza en la posibilidad de mejora o cambio. Así es la vida, unos pocos ganan, la mayoría pierde. No hay futuro: desmovilizados y alienados, no podemos hacer nada, pero sí reírnos mientras creemos que, en el fondo, todo es sólo una inmensa broma cósmica».

Una reseña que quisiera hacer justicia a este libro tendría que ocupar mucho más espacio que el de esta breve nota. Esperemos que las pinceladas que hemos extraído de él inciten a nuestros lectores a bucear en sus páginas. Se encontrarán con uno de los ensayos sobre cine mejor escritos y más pensados que han visto la luz en los últimos tiempos.

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