por el señor Snoid
Así es. Hemos vuelto a leer. Por los rigores del invierno,
no se vayan a creer. El hermano Francisco anda entusiasmado con Ruido de
fondo, novela del
norteamericano Don De Lillo (a quien uno, en su ignorancia, confundió con Dom
DeLouise, un cómico sin gracia que salía en las películas de Burt Reynolds),
Gorostidi, muy pedante él, estaba con El cuento del Grial (una cosa de tíos con
armaduras que, tras una jornada de romper cráneos, se alojan en castillos sin
invitación previa y encima folgan
con la señora del lugar) y yo cometí el error de leer dos artículos sesudos:
“Representations of Goddesses in Japanese Audiovisual Culture” y “Performing
Authorship: Self-Inscription and Corporality in the Cinema by Celia Sayard”.
Salíme al campo, y en medio de un anaranjado crepúsculo exclamé: “Juro ante
dios que jamás volveré a leer nada sobre el cine”. Hasta que cayó en mis manos Hispano
Film Produktion.
El libro de Manuel Nicolás Meseguer es un espléndido estudio
sobre una productora hispano-alemana cuyos objetivos eran aprovechar el tirón
popular de estrellas como Imperio Argentina o Estrellita Castro, realizar
películas comerciales “de calidad” con realizadores de prestigio (Florián Rey,
Benito Perojo) y emplear estudios y técnicos alemanes (la producción de Hispano
Film abarca el periodo 1937-1944, aunque, obviamente, sus años de esplendor
transcurrieron entre 1938-1941), dentro de una estrategia nazi mucho más
amplia: “se planteó una ambiciosa política de exportación cinematográfica que
fuera capaz de desplazar del continente europeo al cine norteamericano” (p. 63).
Blanco y Negro, febrero de 1936. No había empezado la
guerra civil española y los célebres editores Luca de Tena ya caldeaban el
ambiente
Por descontado, al abordar el estudio de una productora de
corta vida y un número exiguo de realizaciones (seis películas de ficción y
cinco documentales en régimen de coproducción, más otros siete documentales de
factura exclusivamente española entre 1940-44) el autor nos sitúa en el contexto
del cine alemán y español de la época, y los objetivos que pretendían conseguir
tanto el Ministerio de Propaganda alemán como las autoridades franquistas. Y
MNM lo hace con amenidad y erudición merced a un soberbio (y evidente) trabajo
de investigación previo.
Los hinchas del
Bayern todavía van así ataviados a animar a su equipo
Aunque no es la intención del autor, el volumen contiene
jugosos chascarrillos sobre los avatares de la productora. Así, se nos hace
saber que el Führer era un apasionado de la diva Imperio Argentina: “El Führer y Canciller Imperial ha ordenado
que la actriz española Imperio Argentina sea ganada para el cine alemán” (carta
del 19 de abril de 1937, citada en la página 133); una vez que Imperio fue
“ganada” para la causa, un año más tarde Hitler se hizo proyectar Andalusische
Nächte, versión
doblada al alemán (canciones incluidas) de Carmen la de Triana; no le gustó el film pero sí su
protagonista; tanto, que al día siguiente hace una doble sesión pícara con la
célebre Éxtasis
y la película hispano-alemana, esta vez en versión original. Su opinión mejoró: “Carmen: Gut”.
Entre 1936-1942 el Doctor
Goebbels fue tan popular en la prensa española como lo son Isabel Preysler y
Mario Vargas Llosa hoy en día
El problema de estas películas (el autor pasa de puntillas
sobre este asunto: recordemos que estamos ante un estupendo ensayo de historia
y no un volumen de análisis o crítica) es que son insoportables. Por estricta
obligación profesional, volvimos a ver hace unas semanas Mariquilla
Terremoto (Benito
Perojo, 1938). Pasmados nos quedamos frente a la apatía y desgana con que
Perojo filmó los (abundantes) números musicales; la cámara inmóvil y el plano
medio como argumento supremo de estilo; casi pegamos un brinco cuando en uno de
ellos vimos un travelling de retroceso. Por lo demás, el film responde
fielmente a los postulados estéticos de los hermanos Álvarez Quintero: un
insoportable tipismo andaluz ejemplificado en el patio con pozo, el jaque
andaluz, la jaca, la niña con un clavel en el cabello tras la ventana con rejas
y unos diálogos de la catadura de “Es usted más bonita que el beso de una
madre”. Es decir, el cine populachero de la II República (Cifesa, Filmófono,
etc.) que tanto detestaban los falangistas y que ahora se veían forzados (o no)
a producir.
Producción alemana
de 1936: para echarse a llorar y no parar
En lo único que
disentimos con el autor es en su definición del documental: “El documental de
propaganda, tipología a la que se adscriben los documentales de HFP, suele
servirse de una retórica de discurso científico, invocando la razón al tiempo
que busca recursos para actuar lo más discretamente sobre la emoción” (p. 177).
En España Heroica (Otto Lins-Morstadt,
Joaquín Reig Gonzalbes, 1938), único documental de Hispano Film de fácil acceso
hoy en día, se aprecia más la voluntad emotiva y sentimental que cualquier
exposición científica de los hechos (por más datos “objetivos” que se nos
proporcionen, como suele ser habitual, por otro lado, en cualquier documental propagandístico.
Sin embargo, nada de esto empaña un resultado espléndido. Hispano
Film Produktion es
un excelente ensayo, exhaustivo y prolijamente
documentado: cualquier aficionado de la historia del cine hallará su lectura
apasionante. Enhorabuena al autor y a la editorial Shangrila.
[Nota: las ilustraciones, salvo la portada del libro, no
corresponden a Hispano Film Produktion: están sacadas del subarchivo capuchino que se halla
en los Archivos Secretos del Vaticano]
En efecto, "leyendas". Infundios, diríamos nosotros