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Un
hombre tan bello se lo puede permitir todo (o casi)
“La
moda es muy importante para mí… Incluso más desde que soy actriz. A través de
la moda, siento que puedo realmente expresarme y decirle al mundo quién soy. La
moda tiene mucho que ver con crecer, con descubrir quién eres. Es muy
significativo descubrir si te gusta vestir hippie, o muy femenino, o gótico…”
Sophie
Turner, actriz
Hemos de confesarlo: algunos
de nuestros ídolos son unos auténticos zopencos. Y eso no les impide
desarrollar bien su trabajo ni que sigamos adorándolos. ¿Paradoja o misterio?
Veremos. Uno de los primeros que hizo saltar la liebre con la especie de que
los actores de cine son bastante necios fue Sir Alfred Hitchcock con su famosa
declaración “los actores son ganado”. Cuando le explicó a Truffaut lo que quiso
decir, en ese influyente monumento de autopropaganda que es El cine según Hitchcock, el director
inglés se fue por los cerros de Úbeda. Que si lo que quiso decir es que en los
primeros tiempos los actores despreciaban el cine porque provenían de un medio
“superior”, el teatro, que si esa postura a él le irritaba… Lo que no contaba
en la célebre entrevista es cómo tenía que afrontar que un actor fuera más o
menos falto. Por ejemplo, cuando durante el rodaje de Cortina rasgada, Paul Newman le escribió una extensa carta
pidiéndole que le explicara en qué momento exacto su personaje se da cuenta de
que debe matar a Gromek en la granja. En un primer momento, Hitch pensó que
Newman era idiota; tras unas horas de reflexión, se dio cuenta de que había
contratado a un actor formado en el Actor’s Studio, con todas las negativas
implicaciones que ese hecho poseía (y posee). Al día siguiente, Newman recibió
la anhelada respuesta a sus cuitas: “Se da cuenta en el coche, Paul. Cuando
viene al estudio”.
Lo
han adivinado: es el remake
homosexual de Vacaciones en Roma
Otros actores no es que
tengan problemas para “interiorizar” a sus personajes. Tienen problemas de
comprensión lectora. Un caso célebre es el de Charlton Heston, quien no
advirtió en momento alguno lo muy gay que era el guión de Ben-Hur. Y piensen que el rollo homosexual no iba sólo con Mesala,
sino también con su padre adoptivo, Quintus Arrius. Recuerden a Charlton
dándole duro al remo mientras Quintus se lo devora con los ojos. Justo es
reconocer que Charlton era consciente de sus limitaciones: en sus diarios anotó
que Sed de mal no le gustó nada
porque no se enteró ni de jota. Hombre, la peli de Welles puede gustarte o no
por un cúmulo de razones, pero porque sea incomprensible la trama… De todas
formas, el problema de los actores enfrentados al arduo problema de la lectura
y comprensión de un guión es más frecuente de lo que parece. Así, Michael Biehn
rechazó el papel de poli corrupto en Sospechosos
habituales porque no se enteró de la misa a la media de qué coño iba
aquello. Así que el papel fue para Gabriel Byrne. Pero no paró ahí la cosa:
Byrne creyó que su personaje era al final Keyser Söze. Cuando vio la peli
terminada, el bueno de Gabriel quiso agredir al director Bryan Singer. Mientras
tanto, Kevin Spacey mucho se reía…
Sabemos
que en California la gasolina está barata, pero creemos que a Selena Gómez le
falta aquí un cigarrillo entre los labios
Otras estrellas son muy
necias debido a su mal carácter. Es el caso de uno de los actores más
antipáticos del Hollywood de hoy día, Christian Bale, el que hacía de Batman en
las de Christopher Nolan como si estuviera interpretando La pasión de Juana de Arco. Estaba Bale “interiorizando” su
personaje en Terminator Salvation
cuando sintió que el director de fotografía estaba molestando e interfiriendo
en su proceso interpretativo. Los gritos e insultos de Bale a ese pobre hombre
que sólo estaba ajustando unos focos fueron de tal calibre que tuvo que hacer
una confesión pública de arrepentimiento –a instancias de la productora, claro.
Pero extraigan la moraleja del cuento: un hombre, que es actor, que cree que
está haciendo algo importante, importantísimo, ¡nada menos que Terminator Salvation! ¿Se puede ser más
cretino?
Cuando Federico Fellini
declaró que “los actores no tienen que ser inteligentes”, los periodistas
italianos, siempre tan, tan… italianos,
le preguntaron qué sentiría su íntimo amigo Marcello Mastroianni ante
semejantes palabras. Muy cuco él, Fellini replicó: “Bien, no digo que algunos
no sean inteligentes, sino que con una pizca de inteligencia y una cultura
mínima es suficiente para su trabajo”. Lo cierto es que Fellini nunca pudo
olvidar a Donald Sutherland en Casanova.
Un día, Fellini le dijo que tenía que cruzar una habitación y abrir la puerta.
Sutherland se mostró perplejo: “Signore
Fellini, ¿cómo abro la puerta?”. Aunque hay que admitir que ciertos directores
tendían a perder la paciencia frente a algunos actores con escaso coeficiente
intelectual. En La legión invencible,
hay una escena en la que Victor MacLaglen está arengando a unos soldados a
caballo. Pasaba por ahí un chucho y Ford decidió improvisar. “Victor, acaricia
al perro”. “¿Qué?” “Acaricia al perro. Di: ‘Bonito perro, setter irlandés’”.
Ford se dispone a filmar, Victor se dirige a la tropa, aparece el perro y
“Perrito bonito… Pastor alemán”. “¡No! ¡Galgo ruso, estúpido hijo de puta!”, fue
la amable reconvención del director.
Sí,
es George Clooney. Y no es un plano de una de los Coen. Es su reacción al
conocer las 6 candidaturas a los Óscars de Buenas noches y buena
suerte
Pero ni siquiera un
director con mala leche puede dominar a un actor si éste es tarugo de verdad.
Uno de los actores más necios, Dennis Hopper, tuvo la desdicha de cabrear tanto
a Henry Hathaway en Los cuatro hijos de
Katie Elder, que el director le hizo repetir 87 veces su último plano en la
película. Después, mandó que le pusieran en la lista negra y Hopper no volvió a
trabajar hasta que Hathaway le llamó para torturarle de nuevo en Valor de ley, cinco años después. A
decir verdad, Dennis se las ganaba a pulso. Tanto le detestaban compañeros
actores y directores que Brando exigió que sus escenas juntos en Apocalypse Now! fueran rodadas por
separado, ya que no soportaba su mera presencia.
El
hijo de Indiana Jones con un admirador
Otro caso apasionante es
el del actor bobo y bocazas. El último y más sonado es el protagonizado por
Shia LaBeouf (alias Shitty LaBeouf),
quien declaró que la última de Indiana Jones era “una mierda”. Esta gran verdad
le sentó como un tiro a Spielberg, quien había descubierto a Shitty y lanzado al estrellato en Transformers I y II. Por tanto,
Spielberg, que no es rencoroso, le puso inmediatamente en la lista negra (como
ven, es la venganza favorita de un director con poder), con lo que Shitty pudo por fin hacer obras
artísticas, que era lo que él ansiaba: obras de la talla de Wall Street 2 o Nymphomaniac 1 y 2.
Kirk
debe estar pensando “Soy demasiado viejo para esta mierda”. Travolta, a lo suyo
También se da el caso del
actor famoso que es abducido por una secta religiosa. Piensen en los estragos
que ha hecho la cienciología, esa secta que tiene como primer mandamiento
“Ámate a ti mismo sobre todas las cosas”. Y no, no estamos pensando en Tom
Cruise, que es Gran Maestre con entorchado púrpura, está en contacto telepático
con Ron Hubbard, el difunto fundador, y no tiene un pelo de tonto. Pensábamos
más bien en alguien como John Travolta. Un tipo que se convierte en una
superestrella gracias a Fiebre del sábado
noche y Grease, y que luego se
tira veinte años haciendo bodrios aún peores. Hasta que llega el gran misionero
de los actores fracasados u olvidados, Quentin Tarantino, y le pone en Pulp Fiction. Travolta vuelve a estar de
moda, le seleccionan de nuevo para el Óscar y él se pone un caché
estratosférico para seguir haciendo pelis de mierda durante dos décadas más.
“¿Mi mejor cualidad? La transparencia de mis ojos. Dejan ver cualquier
pensamiento que tenga”. Hagan la experiencia cuando vean un primer plano de
Travolta: tiene unos pensamientos radicales. John Travolta es el ejemplo
palmario de eso de “todos los tontos…”.
Jake
Gyllenhaal en un momento de animada intoxicación
Imaginamos que si en
inglés existe el adagio, hoy en desuso, “as ignorant as an actor”, por algo
será. Y es que te encuentras bobos en todos los lugares. ¿A que ustedes no se
imaginaban que Ingrid Bergman era lerda? Pues sepan que la bella Ingrid era lo
que hoy eufemísticamente se conoce como borderline.
Y vean qué actriz tan admirable era… Mientras otros que parecen bobos no lo son
tanto. Piensen en alguien como Charlie Sheen. Contaba Charlie que estaba viendo
la tele con su hermano Emilio y que en ese momento se anunciaba que Keanu
Reeves iba a trabajar con Bertolucci –después de rodar con Gus Van Sant y con
Coppola. Charlie comentó: “Tío, ¿qué es lo que estamos haciendo mal?”. Y es que
no hay que confundir al juerguista desenfrenado con el bobo, aunque en algunos
casos coincidan. O al que es bobo porque tiene unas posturas ideológicas
aberrantes para ustedes. Seguro que piensan que un tipo como John Wayne era un
cretino total. Pues no. Facha a morir, sí, pero bobo no. Porque un bobo no se
aguanta treinta años de insultos de John Ford así como así. O considera que su
interpretación en Valor de ley es una
“bufonada” y que el Óscar dichoso se lo tendrían que haber dado a Richard
Burton…
Concluyamos con una bella
frase de Marlon Brando dirigida a uno de los actores más cretinos de los
últimos tiempos, Val Kilmer, en el contexto, además, de una de las películas
más necias de la historia del cine, La
isla del doctor Moreau: “Creo que confundes la magnitud de tu talento con
la magnitud de tu salario”.
No
es una peli: es Tom haciendo apostolado
Cómo anima esta entrada, Sr. Snoid. Salgo a pasear con una sonrisa de oreja a oreja.
ResponderEliminarVengo a leerte porque me lo ha recetado Nán y me ha encantado.
ResponderEliminarEstúpidos hay en todas partes....eso es así. ¿Nada sobre actores españoles?
¿Has leído el maravilloso ensayo de Joan Didion sobre John Wayne?
gracias por este post.
A mi me ha mandado LUX (noooo, q es broma, q ya le conocía Mr Snoid...).
ResponderEliminarMe uno a la frase la Ikea Knightley.
El otro día me entere q el papel de Travolta en "Pulp Fiction" iba ser de Michael Madsen. Curioso, cuando lees esas cosas, q si en lugar de Humprhey Rick iba a ser nosequién, etc...
Por contraposición a las estrellas, muchos de los de teatro de la vieja esceula podrían escribir un blog casi del nivel de los Kaputxinos. Casi. O yo he tenido suerte con las entrevistas q he leído...
muxus
di
¡Qué alegría que se rompa mi soledad! Que la página se va leyendo, lo sé porque lo primero que hago es mirar el contador. Pero el problema es: ¿qué les comento a estos señores tan sabios sin que mi ego sufra un descalabro? La solución está, claro, en: si a tus años te queda un pedazo grande de ego superior al pedazo de tu entusiasmo, estás jodido.
ResponderEliminarLo que escribes al final sobre Charlie Sheen, John Wayne y Marlon Brando, es una gozada.
Gracias, amiguitos. ¡Son ustedes estupendos!
ResponderEliminarQuerida Molinos, sí, sí que leí el texto de Didion. Además creo que hizo el reportaje durante el rodaje de "Los cuatro hijos de Katie Elder", ¿no? De todas formas, creo que al tratarse de un amor juvenil (aquello tan bueno de que no tenía dónde ir en la base de su padre excepto al cine) la señora Didion estaba dispuesta a perdonar cualquier cosa...
Pues sí, Di: en nueve de cada diez casos el actor o la actriz que se han sido pensados originalmente para el papel protagonista son sustituidos y a veces se llega a escoger la décimotercera opción. Hay casos muy tristes, como el del muy viril Tom Selleck que se quedó sin ser Indiana Jones porque estaba haciendo la serie "Magnum P.I." En efecto, Bogart tiene una especie de récord en cuanto a que "el actor previsto dijo nones y él se quedó el papel". Le ocurrió con High Sierra y El Halcón Maltés, que le convirtieron en una estrella. Y en otras...
Querido NáN, nos alegramos que se alegre. Y no se preocupe por el ego. Nosotros carecemos de ese complemento...