miércoles, 28 de febrero de 2018

LIBROS DE OCASIÓN: "HISPANO FILM PRODUKTION. UNA AVENTURA ESPAÑOLISTA EN EL CINE DEL TERCER REICH (1936-1944)". (MANUEL NICOLÁS MESEGUER, SHANGRILA, SANTANDER, 2017)


 
por el señor Snoid


 
Así es. Hemos vuelto a leer. Por los rigores del invierno, no se vayan a creer. El hermano Francisco anda entusiasmado con Ruido de fondo, novela del norteamericano Don De Lillo (a quien uno, en su ignorancia, confundió con Dom DeLouise, un cómico sin gracia que salía en las películas de Burt Reynolds), Gorostidi, muy pedante él, estaba con El cuento del Grial (una cosa de tíos con armaduras que, tras una jornada de romper cráneos, se alojan en castillos sin invitación previa  y encima folgan con la señora del lugar) y yo cometí el error de leer dos artículos sesudos: “Representations of Goddesses in Japanese Audiovisual Culture” y “Performing Authorship: Self-Inscription and Corporality in the Cinema by Celia Sayard”. Salíme al campo, y en medio de un anaranjado crepúsculo exclamé: “Juro ante dios que jamás volveré a leer nada sobre el cine”. Hasta que cayó en mis manos Hispano Film Produktion.



El libro de Manuel Nicolás Meseguer es un espléndido estudio sobre una productora hispano-alemana cuyos objetivos eran aprovechar el tirón popular de estrellas como Imperio Argentina o Estrellita Castro, realizar películas comerciales “de calidad” con realizadores de prestigio (Florián Rey, Benito Perojo) y emplear estudios y técnicos alemanes (la producción de Hispano Film abarca el periodo 1937-1944, aunque, obviamente, sus años de esplendor transcurrieron entre 1938-1941), dentro de una estrategia nazi mucho más amplia: “se planteó una ambiciosa política de exportación cinematográfica que fuera capaz de desplazar del continente europeo al cine norteamericano” (p. 63).


  
Blanco y Negro,  febrero de 1936. No había empezado la guerra civil española y los célebres editores Luca de Tena ya caldeaban el ambiente
 

Por descontado, al abordar el estudio de una productora de corta vida y un número exiguo de realizaciones (seis películas de ficción y cinco documentales en régimen de coproducción, más otros siete documentales de factura exclusivamente española entre 1940-44) el autor nos sitúa en el contexto del cine alemán y español de la época, y los objetivos que pretendían conseguir tanto el Ministerio de Propaganda alemán como las autoridades franquistas. Y MNM lo hace con amenidad y erudición merced a un soberbio (y evidente) trabajo de investigación previo.

  Los hinchas del Bayern todavía van así ataviados a animar a su equipo

 
Aunque no es la intención del autor, el volumen contiene jugosos chascarrillos sobre los avatares de la productora. Así, se nos hace saber que el Führer era un apasionado de la diva Imperio Argentina: “El Führer y Canciller Imperial ha ordenado que la actriz española Imperio Argentina sea ganada para el cine alemán” (carta del 19 de abril de 1937, citada en la página 133); una vez que Imperio fue “ganada” para la causa, un año más tarde Hitler se hizo proyectar Andalusische Nächte, versión doblada al alemán (canciones incluidas) de Carmen la de Triana; no le gustó el film pero sí su protagonista; tanto, que al día siguiente hace una doble sesión pícara con la célebre Éxtasis y la película hispano-alemana, esta vez en versión original. Su opinión mejoró: “Carmen: Gut”.


Entre 1936-1942 el Doctor Goebbels fue tan popular en la prensa española como lo son Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa hoy en día

 
El problema de estas películas (el autor pasa de puntillas sobre este asunto: recordemos que estamos ante un estupendo ensayo de historia y no un volumen de análisis o crítica) es que son insoportables. Por estricta obligación profesional, volvimos a ver hace unas semanas Mariquilla Terremoto (Benito Perojo, 1938). Pasmados nos quedamos frente a la apatía y desgana con que Perojo filmó los (abundantes) números musicales; la cámara inmóvil y el plano medio como argumento supremo de estilo; casi pegamos un brinco cuando en uno de ellos vimos un travelling de retroceso. Por lo demás, el film responde fielmente a los postulados estéticos de los hermanos Álvarez Quintero: un insoportable tipismo andaluz ejemplificado en el patio con pozo, el jaque andaluz, la jaca, la niña con un clavel en el cabello tras la ventana con rejas y unos diálogos de la catadura de “Es usted más bonita que el beso de una madre”. Es decir, el cine populachero de la II República (Cifesa, Filmófono, etc.) que tanto detestaban los falangistas y que ahora se veían forzados (o no) a producir.


  Producción alemana de 1936: para echarse a llorar y no parar

 En lo único que disentimos con el autor es en su definición del documental: “El documental de propaganda, tipología a la que se adscriben los documentales de HFP, suele servirse de una retórica de discurso científico, invocando la razón al tiempo que busca recursos para actuar lo más discretamente sobre la emoción” (p. 177). En España Heroica (Otto Lins-Morstadt, Joaquín Reig Gonzalbes, 1938), único documental de Hispano Film de fácil acceso hoy en día, se aprecia más la voluntad emotiva y sentimental que cualquier exposición científica de los hechos (por más datos “objetivos” que se nos proporcionen, como suele ser habitual, por otro lado, en cualquier documental propagandístico.
 
Sin embargo, nada de esto empaña un resultado espléndido. Hispano Film Produktion es un excelente ensayo, exhaustivo y prolijamente documentado: cualquier aficionado de la historia del cine hallará su lectura apasionante. Enhorabuena al autor y a la editorial Shangrila.




[Nota: las ilustraciones, salvo la portada del libro, no corresponden a Hispano Film Produktion: están sacadas del subarchivo capuchino que se halla en los Archivos Secretos del Vaticano]

 
En efecto, "leyendas". Infundios, diríamos nosotros
 

5 comentarios:

  1. (No se ha publicado mi anterior comentario, ojalá ahora tenga suerte)

    Estimado Sr. Snoid:

    Por razones que a mí mismo se me escapan, pero que sospecho serían inconfesables, me he tragado Andalusische Nächte de una sentada y sin pestañear. Pero es que, no contento, me he tragado también Carmen, la de Triana.

    Del empacho de tipismo y en mi, en lo que a cine se refiere, ignorancia técnica tengo una pregunta. Se ve que la película alemana no fue un mero doblaje sino una réplica, una nueva filmación aprovechando, eso sí, en el montaje ciertas escenas generales; también se comprueba que Imperio Argentina es la que canta en alemán (digo esto último porque mientras que en los diálogos no tengo claro que sea ella —yo diría que la tesitura de voz es distinta— en las canciones es la inconfundible Malena). Pero, y aquí va la pregunta, ¿cómo es posible (si no es ella la que habla) que el doblaje esté tan perfectísimamente sincronizado? ¡Es que no he notado ni el más ligerísimo desfase! No sé, no me lo explico.

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    1. En efecto, querido Lux: me expliqué mal al comentar la doble versión de "Carmen la de Triana". Pensábamos hablar de ello en el último capítulo de "El doblaje"; en los comienzos del sonoro no hubo un acuerdo unánime sobre qué hacer con las pelis extranjeras: si doblarlas, poner subtítulos o bien hacer otra versión más o menos idéntica usando actores que procedieran de aquellos países que justificaran la inversión (por ejemplo: una versión en español para España e Hispanoamérica de una cinta norteamericana). El libro nos informa de que "Carmen" dura 103 minutos y la versión alemana 95. El director no es Florián Rey, sino Herbert Maisch, y también el reparto es distinto. La cosa es que Imperio hizo valer su imperio y se empeñó en salir en la cinta alemana sin que fuese doblada por una actriz germana; así que recibió unas clases intensivas de alemán en unas pocas semanas. Lo que sorprendió a todo el mundo es que las canciones se tradujeran y cantaran también en alemán, algo que, al parecer, provocó una aguda sensación de extrañeza en el repetable germanoparlante. Y la diferente duración se debe a que los adaptadores alemanes realizaban una labor de poda y edición del original español allí donde consideraran que los diálogos o las situaciones no iban a ser del agrado del público o del régimen. Así, por la borda iban curas, oraciones a la Virgen del Perpetuo Socorro o cualquier otra manifestación de catolicismo bizarro. Pero no te puedo decir en qué consisten las diferencias en este caso, pues no he visto la versión alemana...

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  2. ¡Ay, ay, ay, señor Snoid! Que no todo pueden ser griales en esta época. Hay autores buenísimos, como el que está leyendo el hermano Francisco. De él he leído ese y algunos más. Merece la pena. Como anécdota, acababa de leer el último, Cero K, y al pasarme por Tipos Infames me encontré al autor sentado en una mesa con su mujer y su editora española. No pensaba acercarme, porque el inglés hablado no lo practico, pero antes de llegar a Tipos me había tomado 3 whiskis: resulta que el etilismo suele soltarme la lengua y me abre las entendederas. Así que me acerqué y le hice un comentario de la novela. Él se levantó y estuvimos charlando un buen rato.

    Miedo me da las colaboraciones fílmicas de la Alemania de Hitler y España. No tanto, desde luego, como la colaboración bélica en nuestra Guerra.

    Es una suerte que Usted, lector raro donde los haya, nos dé cuenta suficiente de libros como el de este post.

    Anímese y léame un DeLillo, hombre.

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    1. Es usted un hombre de suerte: yo jamás me he encontrado con uno de mis escritores favoritos. Una vez me topé con Boris Izaguirre en una Feria del libro; en otra ocasión, con un escritor que apasiona a un amigo común (el que suele borrar sus comentarios para luego decir "Andáis tras mis escritos"), es decir, Javier Marías. Una vez estuve en una charla que dio Borges y Borges habló de las cosas de las que siempre hablaba Borges, aunque afirmó —y esto me pareció muy gracioso— que "Khartoum" (Charlton Heston de nuevo: de verdad que estamos en un tris de escribir "La historia del cine a través de Charlton Heston" o "El cine según Charlton Heston") era superior a "Lawrence de Arabia" porque "Khartoum tiene más amarillos". Francisco ha prometido pasarme la novela de Don: no se preocupe usted. Pero le diré una verdad que me ha susurrado Pero Grullo: no se puede leer todo ni se puede leer todo. De hecho, tengo amigos que a veces me prestan libros más o menos recientes... ¡y los leo! El último fue una novela titulada "Stoner" de un señor llamado John Williams que no es el mismo de esas fenomenales bandas sonoras de pelis de Spielberg o de Lucas. Me gustó, me pareció que estaba muy bien escrita, admiré su forma de describir personajes y ambientes con (aparentemente) escasísimas florituras... Pero no me emocionó, si exceptuamos que la hallé un tanto deprimente. Y es que, a estas alturas, frívolo que es uno, considero que la (buena) literatura está para pasar un buen rato... Otra cosa son los ensayos que uno pueda meterse entre pecho y espalda (que por lo general son decepcionantes, pero uno persiste). En fin, cuando lea a Don le cuento...

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  3. ¡Qué alegría Sr. Snoid que haya encontrado interesante mi trabajo y que haya decidido compartirlo con sus lectores en este blog! Muchas gracias por su generosidad.
    Cuando por casualidad he llegado a este espacio virtual, me he sentido en la cueva del tesoro. Poco a poco iré abriendo los cofres de valiosas referencias que prepara para sus lectores.
    Un abrazo y saludos para los que transitan por este blog, Manuel Nicolás.

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