martes, 14 de julio de 2020

LIBROS DE OCASIÓN: "ESCULPIR EN EL TIEMPO", DE ANDRÉI TARKOVSKI (RIALP, 2006)

Por Francisco López Martín





Sin duda alguna, la obra cinematográfica del ruso Andréi Tarkovski (1932-1986) es una de las cimas más profundas y originales que ha dado el séptimo arte en sus poco más de cien años de existencia. Desde La infancia de Iván (1962) hasta Sacrificio (1986), pocos realizadores pueden mostrar una filmografía tan compacta en su grado de maestría como la de este director. Obras complejas hasta cuyo nivel no siempre es fácil remontarse de primeras, pero que sin duda merecen el esfuerzo de las visiones repetidas, la reflexión, la entrega y las lecturas a las que pueden obligar incluso a los espectadores más avezados.  


Esculpir en el tiempo: Reflexiones sobre el arte, la estética y la poética del cine (1988) merecen figurar en un doble lugar de honor. Primero, por contarse entre las meditaciones ético-estéticas más profundas que haya dado en forma escrita la figura de un realizador eminente; segundo, por constituir un elemento que nos atreveríamos a calificar de imprescindible para entender en toda su magnitud un proyecto cinematográfico de la envergadura del propuesto por Tarkovski. «Para mí no hay duda de que el objetivo de cualquier arte que no quiera ser “consumido” como una mercancía consiste en explicar por sí mismo y a su entorno el sentido de la vida y de la existencia humana. O quizá no explicárselo, sino tan sólo enfrentarlo a este interrogante», escribe el cineasta ruso al comienzo del capítulo «El arte como ansia de lo ideal». Ése es el nivel en el que está escrito este libro y en el que está realizada la obra cinematográfica de este gran maestro.


A lo largo del libro, Tarkovski demuestra no sólo una originalidad y una profundidad como pensador parangonables a las de su obra cinematográfica (véase, por ejemplo, su comparación de la obra pictórica de Rafael en relación con la de Vittore Carpaccio), sino también una cultura cinematográfica y literaria absolutamente exquisita, en la que las referencias a Bresson, Bergman o Kurosawa se dan la mano con las citas a Pushkin, Proust o Thomas Mann. Aquí tenemos a un hombre de cultura y refinamiento que ha sabido filtrar perfectamente multitud de modelos poéticos e intelectuales del máximo nivel para decantar un pensamiento estético y una obra artística que están siempre al servicio de los asuntos verdaderamente importantes de la existencia humana.


Concepción tan exigente de la responsabilidad del hombre y del artista no puede dejar de mostrarse crítica con una coyuntura existencial que, más de tres decenios después de la publicación del libro, no ha dejado de ser la nuestra. Ni de oponer un hondo sentido de la religiosidad y la sacralidad en su concepto más elevado a la vulgaridad y obscenidad de una existencia y una civilización triunfantes a fuerza de su enfermizo apego al egoísmo y el materialismo. «Hemos creado una civilización que amenaza con destruir toda la humanidad. Ante esta catástrofe global, me planteo la única cuestión que me parece importante en sus principios: la pregunta por la responsabilidad personal del hombre. La pregunta por su capacidad de sacrificio interior, sin la que cualquier pregunta por lo espiritual resulta superflua».

Si adoran ustedes el cine de Andréi Tarkovski y no han leído este libro, descubrirán en él un auténtico tesoro. Si sienten algún interés por el cine de Andréi Tarkovski, pero se encuentran con dificultades a la hora de acceder a su núcleo más íntimo, probablemente no hallarán mejor guía que estas páginas para acceder a él. 

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